febrero 17, 2006

Comienzos?


Un teclado frente a mí, de nuevo. De qué me sirve si ya no tengo nada, al menos, nada de lo que ya tenía. Creo que todo me ha dejado, mi poesía y mis pensamientos y todo; estoy vacío, soy sólo un recipiente que agotó su contenido. Qué hago moviendo mis dedos sobre las fichas si las palabras están mudas, callan lo que no tienen que decir. Sólo me estoy revolcando en la incertidumbre de si se secaron las ideas o estoy ad portas de un comienzo, de un nuevo nacimiento. No lo sé. No sé nada.

Debe haber una respuesta, siempre la hay, ya venga de los hechos o de las creencias; pero la hay. Mi problema es dónde buscarla y si realmente debo hacerlo, quizás mejor me dejo llevar por la corriente que no entiendo... pero respuesta a qué pregunta, si no tengo siquiera preguntas que hacerme. Pero no desespero, o no espero.

Se podría decir que estoy dubitativo, pero debo decir a quienes piensen así –quizás a mí mismo- que no, que dos caminos serían un comienzo y restaría sólo la decisión de cuál seguir, la opción que generalmente nos da dolores de cabeza; en mi caso no tengo dos caminos, no tengo ninguno y como tal, los tengo todos, para mí no hay un escoger, hay trabajo y construcción (aunque no sea arquitecto o ingeniero para ingeniármelas). ¿Tendré que seguir el camino amarillo como en el Mago de Oz? Si lo sigo, llegará el momento en que se bifurque como todo sendero, que a medida que los pasos nos encaminan a un destino aparecen otros y ya no hay sólo un camino amarillo: hay dos, tres, cuatro...

Si busco en lo que soy, mejor en lo que fui y ya no seré, no hay esperanzas de avanzar, sólo estancarme hasta convertirme en una ciénaga muerta y putrefacta, debo caminar, despojarme de mi piel que ya no cubre mi alma, que me tiene desnudo en el mundo... pero mi piel tampoco la tengo, ya me dejó. Todo lo que creía mío me dejó, hasta mi ego me dejó. Ahora estoy sólo y sin nadie más que yo; es hora de conversar conmigo, escucharme en silencio.

Lo único que me queda, entre tanto camino que seguir, es dar un paso hacia el horizonte, estoy en el centro de la nada y a donde mire el mundo es nuevo...

Sí, dejar ir, dejar lo que fui para ser otro: sólo yo, nadie más. Siempre dejar ir, a mí, a los que quiero y lo que quiero... nada es mío, es de la vida y yo soy de la vida, soy vida y creo estar vivo, es lo único que creo.

Lavengro

1 comentario:

berliot dijo...

"Un hombre
le dijo a su sombra:
-Espérame allí,
que vuelvo enseguida.
Y desde entonces,
camina solo..."

Una canción de Menphis La Bluesera, acorde a mi conpadre que está bailando con la sombra proyectada por un holograma proveniente del vacío y las ganas de tolerar por tanto tiempo una relación que no quería desarrollarse en su interior, no importando quién sea la protagonista de la historia, es el hecho de estar con alguien.

Y eso, afin de cuentas, pasa la factura, pero si quieres puedes pedir boleta para el negocio, hay cosas que no siempre van de la mano. De los caminos, preocúapte que siempre haya alternativas, no solamente uno...