Esta noche,
desde las lamentaciones de la distancia,
como disimulando ausencia
sus ojos se cruzan en el recorrido de los míos,
con el furor del recuerdo y la ira de querer olvidarnos.
Esta noche,
entre la lejanía de un recuerdo y un delirio
está vestida de llanto y de engaño,
cediendo al miedo y al desconsuelo
y añorando quizá un cuchillo:
quizá una cuerda que la lleve del cielo al infierno.
Esta noche
imagino sus llovidas muñecas abismadas,
tatuadas de miedo y fugitivas de la vida
entre rocas afiladas y espinas de rosas
que se las lleva el viento de la nada
a mi destino pétreo entre lápidas y olvido.
Lord Lavengro
Viña del Mar, Febrero 8 de 2009.