marzo 07, 2006

Efímero Trayecto


Vi la lívido en su rostro al momento de su muerte,
cuando lánguidas y tenues palabras retumbaron
huecas... Tristes campanadas que anuncian al difunto
en su marcha de letargo camino al cementerio.

Y fue efímero el trayecto de sueños e ilusiones,
cayendo ávido en el foso de llamas retorcidas.
Raudas letras que castigan al viento con el llanto
de Esmeralda cuando cae aquel genio que controla

a sus pasos por el mundo sin caídas y sin lágrimas.
Ya borradas sus pisadas por la lluvia, sus huellas
siguen firmes retratadas en la roca del libro
de las vidas. La cantera no derrama sus sales...

Y fue efímero el trayecto de sueños e ilusiones,
mas quedaron los recuerdos de besos viajeros:
los silencios profanados por rotos cristales:
las sapiencias registradas para otros soñantes...

Lavengro
Viña del Mar, Diciembre 4 de 2001.

3 comentarios:

Lord Lavengro dijo...

Una breve explicación:
Este poema habla de un muerto: el amor... un amor, nada más.
Tiempo después, cuando encontré este poema, pues lo escribí y quedó tirado en algún rincon con otros papeles que no interesan -realmente no lo sé-, nació una respuesta que es Olvidado, mi post anterior.
Um, creo que explica mejor el por qué de Olvidado que Efímero Trayecto... bueno, es lo que salió.

ETZNAB dijo...

no podía estar mejor el título, de efímero trayecto..."Raudas letras que castigan al viento con el llanto de Esmeralda cuando cae aquel genio que controla" cual es el genio que controla!??.eso no me quedó muy encendedio en la conciencia y la mente especula cosas que quizas no son...me imagino una procesión como en un plano sutil, dificil de entender y fascinante..me voy a leer los otros, un gran saludo y gracias por la invitación. :)

Lord Lavengro dijo...

Mezcalino:
Ciertamente esos versos son muy sutiles y difíciles de entender. Este poema es una epístola dirigida a una persona muy importante en mi vida y Esmeralda es el nombre que le doy en la carta, por una bella esmeralda que me regaló cuando vivíamos juntos... ahora, lo del genio, éste soy yo que creía sabérmelas todas (sobervia juvenil) y absolutamente autosuficiente, mas es una ironía, pues en esos momentos realmente estaba deshecho.
Pero permíteme calificar como póstuma esta epístola: póstuma porque la escribe un amor ya fallecido.