marzo 11, 2006

Estar-en-el-Mundo


A eso siguió un silencio epistolar hasta mediados de abril
silencio donde se insertan las dos promeras Odas
La Belle Dame sans Merci
y varios poemas breves
pero súbitamente John reanuda su carta, como continuando la afiebrada corriente meditativa que se alternaba con la composición. A pesar del tiempo transcurrido y el intercalamiento de otros temas y noticias, reanuda su debate en el punto donde lo había dejado. Ha estado leyendo América de Robertson, y El siglo de Luis XIV de Voltaire. "Todo se resuelve en esto: que el hombre es originariamente 'un pobre bípedo' [cita al Rey Lear] sujeto a los mismos sinsabores de las bestias de la selva..." Sobre este punto en parte había transcurrido su meditación anterior: el hombre y el animal trabajan y se obstinan sin "desinterés", caídos en su terrible individualidad y soledad que, sin embargo,
tienen una belleza propia que quizá los redime
John se pregunta Ahora si, por intercesión se un Sócrates o un Jesús, es decir, de un ser desinteresado, puede la humanidad a ser feliz. "La verdad es que no creo en absoluto en esta especia de perfectibilidad..." Las condiciones del mundo se oponen a la felicidad terrena. Y además, piensa John, ¿por qué la perfección y la felicidad debieran serles dadas al hombre por intercesión de un Sócrates o un Jesús, de un tercero? Frente a su circunstancia
(y aquí la meditación alcanza toda su hondura)
el hombre no debe ni tiene por qué esperar una perfección de afuera a dentro. Con un brusco salto, su pensamiento se sitúa en otro extremo: el consuelo trascendente. "La denominación común que los extraviados y los supersticiosos dan a este mundo es la de 'valle de lágrimas', del cual seremos redimidos por cierta arbitraria interposición de Dios, y llevados al cielo... ¡Qué noción tan pequeña y limitada!" Ahora su idea está clara: tan poco digno del hombre le parece aceptar una felicidad ofrecida aquí abajo por otros -un Sócrates, un Jesús- como un consolador rescate póstumo. El "progreso social" le resulta tan desdeñable como las trompetas del Juicio. Avanza hacia una noción que entrañe su sentido personal y poético al hombre en el mundo. Hay un mundo dado, y un hombre dado. La conciliación de uno y otro debe ser personal y presente de cada individuo. En rigor, nada que cuante escencialmente puede enseñarse. La verdad debe sentirse "en el pulso". Sólo lo experimentado como real cuenta para mí; el resto es convención y creencia. Sobre este "existencialismo" turbio y confuso, mal expresado y lleno de titubeos, John busca alzar
"un sistema de salvación que no ofenda nuestra razón y nuestra humanidad".
Lo esboza en pocas líneas, que dan aproximadamente esto: El mundo merece denominarse un "valle hacedor del alma" (soul making), escenario mediante el cual y en el cual un hombre pasa del mero existir al ser. "Distingo el alma de la inteligencia; puede haber millones de inteligencias o chispas de la divinidad, pero no son almas mientras no adquieran individualidad, mientras cada una no sea personalmente ella misma..." Las "inteligencias" son el animal humano conteniendo su partícula del espíritu divino. Pero no tienen identity, individualidad. Existencialmente hablando, existen pero no han hecho todavía las elecciones que las distinguirán de las demás, que les darán "alma" -ser-. ¿Y cómo pueden estas "inteligencias" alcanzar su individualidad, si no es por intermedio "de un mundo cómo este"? Seriamente dice Keats: "Sinceramente desearía considerar este punto, porque creo que es un sistema de salvación más noble que la Religión Cristiana... Es más bien un sistema de creación de espíritu (spirit-creation)". Y muestra mentalmente su mecánica: "[Hay] ... tres grandes elementos que actúan unos sobre otros a lo largo de los años. Estos tres elementos son la Inteligencia, el corazón humano (que se distingue de la inteligencia o Mente) y el Mundo o espacio elemental adaptado a la acción recíproca de la Mente y el Corazón con el propósito de formar el Alma o Inteligencia, destinada a poseer el sentido de la Individualidad...".
¡Qué confuso, qué tosco, qué simple! "Apenas alcanzo a expresar lo que sólo percibo nebulosamente, y sin embargo creo percibirlo..."
La consecuencia, con todo, es absoluta: "¿No veis cuán necesario es un mundo de penas y preocupaciones para educar a una Intligencia y hacer de ella un alma?".
Y paralelamente: ¿No se ve cómo el hombre sólo depende de sí mismo, en cuanto a la "educación" que elija en el mundo le dará su alma verdadera, su ser hombre? Aquí agrega Keats: "Tan diversas como las vidas de los hombres, así de diversas resultan sus almas, y así hace Dios seres individuales... a partir de las chispas de su propia escencia". La noción de Dios, introducida más pour la galerie que otra cosa
(toda esta dialéctica se abre con la siguiente admisión: "Hablo ahora en los términos más altos de la naturaleza humana, admitiendo que sea inmortal, cosa que tomaré aquí como segura a efectos de mostrar una idea que me ha impresionado al respecto...". En rigor Keats no tiene convicciones trascendentales)
no impide advertir la fuerza con que el acento de esta concepción se centra en el hombre, en cada hombre. Tan diversas como son las vidas... así resultan las almas, es decir, las individualidades. Vivir es siempre a priori del ser, y esa tragedia atroz del hombre, que es su grandeza y su humanidad, como harto bien lo enseña el existencialismo, John la advierte sin rodeos. Convencido, insiste: el hombre está formado por las circunstancias (lo que suena a determinismo). "Pero ¿qué son las circunstancias sino las piedras de toque de su corazón? Y las pruebas de su corazón, ¿qué son sino lo que fortifica o transforma su naruraleza? ¿Y qué es su naturaleza transformada sino su Alma?" Al demonio los plañideros del "valle de lágrimas". El mundo está bien como está, y vale la pena. En él, nada más que en él, y dentro de él, ser. El hombre es la suma de sus actos, es responsabilidad. El hombre es Orestes, no Edipo. Con clara desesperación de poeta, John Keats sabe que un hombre como él está sólo, que Sócrates y Jesús son imágenes y fuerzas que él debe sufrir eligiéndolas o rechazándolas, al igual que todo lo que gravita en su mundo. Y que Dios es acaso el nombre que los hombres dan a su debilidad y desamparo.

Imagen De John Keats
(Fragmento)
Julio Cortázar

4 comentarios:

Lord Lavengro dijo...

Cuando leí por primera vez Endimión de J. Keats, por ahí por los quince años, quedé fascinado por la hermoza naturaleza que fluía desnuda en sus versos. Más tarde, cuando llegó a mis manos por esos azares del destino (¿serán realmente azaares?) Imagen de J. Keats de Cortázar, tuve un acercamiento más personal a su poesía y a su persona, como poeta y hombre, y más aún, cuando llegué al pasaje aquí citado, literalmente, vi en el pensamiento de este gran poeta inglés a alguien que comparte conmigo una manera de ver al hombre desnudo consigo mismo.
Si alguien desea leer a Keats, puede ir al archivo de Enero de 2006 en este blog, en el cual encontrará, dentro de un ciclo gótico romántico, Oda a una Urna Griega, sin dudas el mejor poema del joven John Keats.

ETZNAB dijo...

como poeta es hermoso, me hizo algo dentro, e inevitablemente me hizo recordar algo de Nietzche, en sus lineas...me ha gustado la forma como expresa esta "alma" sus idéas, pero difiero en lo último cuando dice que Dios es acaso el nombre que los hombres dan a su debilidad y desamparo, creo que solo lo escribió para transgreder,pero en el fondo su poeasía filosofía, tenñia mucha alma, quizas por no pasar como alguien religioso, escondió sus verdaderas tendencias de credibilidad por un ser supremo, yo durante mucho tiempo me inspire,con así hablo Zaratustra, donde se describe un viaje de descenso desde una montaña, en este viaje el personaje descubre que el hombre mató al Dios que el mismo creó y luego resulta que Dios es la imagen de un Burro...me encantaba esa parte, pues en esa época de mi vida me identificaba mucho con ese filósofo, pero con el paso del tiempo, quizas he adquirido un poco mas de conciencia y de individualidad como menciona Keats...en este fragemento de Cortazar...y eso. creo que la misión del alma es doblegar de una vez el maldito ego y reconocer que hay un Supremo que rige mantiene y destruye todo lo que nos rodea...un gran saludo amigo, gracias por estas palabras que han sido de gran deleite para mi mente...que ahora trata de escuchar al alma. nos leemos.

MOCHIQUI dijo...

El desamparo del hombre lo ha llevado a buscar una protección fuera de sí, de esa manera su soledad intrínsica se ve en alguna medida compensada. Para los seres humanos bastarse a sí mismos implica una prueba de fortaleza.
Pau.

Saludos

Lord Lavengro dijo...

-Mochiqui:
Así es, al hombre le es más fácil esperar una respuesta del exterior que escuchar sus propias reflexiones, porque ya es difícil reflexionar y encontrarse a sí mismo. Además la tarea de conocerse individualmente implica per se soledad, sentimiento del que tanto huímos y no vemos lo mucho que tiene para ayudarnos a ser realmente una Identidad.

-Mezcalino:
Nuevamente es para mí un agrado encontrar tus palabras en mi blog, llenas profunda sinseridad en tus pensamientos.
Yo ahora escucho al señor Morrissey mientras contesto a tu comentario, que me permite hondar en mi interior con toda calma.
Te cuento a grandes rasgos algo mío: mi camino por la vida me ha llevado de un aceptar a Dios incondicionalmente (alguna vez por ahí viví en el Seminario)a una introspección cataclísmica. Mas de ese terremoto intenso crecí como hombre, me conocí en el silencio de la soledad más profunda y decubrí a mi espíritu, el que me habla y a su vez se haba a sí mismo, pues él soy yo y yo él. Aprendí que podemos avanzar de simples seres carnales a seres espirituales (que es lo que realmente somos), pero desde nosotros mismos, pues somos potencia y no seres acabados; pero también conocí en parte la miseria que podomos llegar a ser si nos dejamos estar... por lo que mi camino aún no acaba, sino que incipientemente aún está comenzando.
Mas, pienso que todos tenemos distintas velocidades de crecimeinto, pero lo importante es crecer.
Agradezco profundamente tus palabras y saludos.