mayo 09, 2006

Los Ojos de la Muerte

En una oscura cantina me esperaba, sentada bajo el único farol que no daba la pálida luz amarillenta y sensiblemente mortecina de los demás, mientras bebía de una copa también amarillenta algo que parecía vino. Una oscura capucha cubría su rostro por completo, por lo que me fue imposible descubrir quién era, lo que en ese instante me preocupó en lo más mínimo.
Mis lacónicos comensales de siempre estaban arrumados sobre la barra teniendo esa extraña conversación en que todos hablan casi al unísono, diciendo muchas palabras, mas callando sus intenciones; aunque me extrañó lo pálidos que estaban, a pesar de los litros de negra cerveza que a esas alturas de la noche habían bebido a destajo. Cuando me acerqué a ellos, saludando al aire como era mi costumbre, me senté a su lado y me sirvieron sin más una copa de vino -tan constantemente pedía lo mismo que ya no era raro que el cantinero lo dispusiera sin más frente a mi cara cansada después del trabajo tedioso en la morgue del único hospital de este pequeño pueblo, si es que se le puede llamar hospital a esos cuatro palos podridos-, del cual bebí un largo sorbo antes de encender mi cigarrillo.
Estaba tan concentrado en mi copa y cigarrillo (ceremonia sublime de adoración a los dioses del vicio) que no me percaté que mis amigos estaban callados desde el mismo instante en que me había sentado junto a ellos, hasta que Berliot alzó su cabeza más gacha que de costumbre y me miró fijamente a los ojos, como intentando silenciar una declaración inevitable: la dama de la esquina me pidió que te enviara junto a ella cuando llegaras, me dijo. Le pregunté si había dado algún nombre o algo, nada, no logré sacarle palabra alguna, es más, bajó la mirada y siguió contemplando como ipnotizado su ya vacío jarrón de cerveza.
En un abrir y cerrar de ojos estaba camino hacia la mesa donde estaba esa enigmática mujer, mas algo en mi interior me obligaba a dar pasos erráticos, haciendo mi caminar torpe y lento. Cuando ya estaba junto a ella, con un ligero movimiento de su pálida mano, más blanca de lo que jamás había visto, me invitó a sentarme en el único asiento disponible: un piso medio quebrado que por lo general nadie utiliza, si no es cuando ya no quedan más puestos en las escasas fiestas que se organizan en el bar, pues siempre estamos los mismos hombres que buscamos esa acompañada soledad conocida sólo por los viejos de cantina; mansamente seguí su silenciosa indicación.
Ya frente a ella, ví su rostro lívido y un pequeño riso negro -lo que no puedo asegurar, pues su capuchón cubría de una sombra inquietante su cara-; mas nada me llamó más la atención que sus ojos brillantes, quizás lo único luminoso que ese bulto permitía observar, inquietantes, fríos y malévolos qué es lo que intentan decirme tus ojos de lince herido la noche no es para gente como tú ni para nada qué qué quién eres no conoces que la vida mía ya no es de amores si no eres nadie que conozca o deba conocer dónde pensaste que yo era alguien que te puede ayudar si sólo son muertero te haces la interesante pero si por qué me inquieto si aún no has hablado pero tus ojos No te impacientes tanto si aún no nos hemos presentado, me dijo, como leyendo mis raros pensamientos que no eran mada sino sólo extrañas interrogantes que llegaban en oleadas de interpretaciones de nada. Ahora que recuerdo nunca me dio su nombre ni yo el mío, rara manera de conocernos.
-Traigo un mensaje que no se dá a cualquiera, trágico y renovador...
-Qué puede ser eso, de qué me estás hablando- grité casi. Me interrumpió con un pequeño novimiento de su cabeza hasta ese minuto inmóvil como sus pápados que estaban fijos, igual a los muertos que visto de vez en cuando, pues no hay suficiente gente en este pueblucho olvidado, del que todos se marchan y sólo se quedan los desesperanzados como yo.
-Sólo mira mis ojos- dijo.
vacíos ojos sin parte de referencia ni pupilas tienes son amaraillos negros no sé relucen pero siguen siendo vacíos no veo nada dicen qué es lo que quieres que mire mejor enciendo un cigarro necesrio que me calme que eres quién de a dónde me conoces
-Mira mis ojos y sabrás por qué estoy aquí y quién soy.
En ese instante recuerdo que sólo cayé y vi, vi en el interior de esa caverna ocular... Por eso ahora escribo, para que alguien recuerde este sueño, que espero que sea un sueño y despierte mañana, rogando que sus calladas palabras sean mentira generada en alucinaciones etílicas, como siempre y que no sólo tenga plazo para llegar a mi cama sí un sueño debí soñarlo; mas los ojos de la muerte se ven sólo una vez cada...

Lord Lavengro
Viña del Mar, Mayo 9 de 2006.

26 comentarios:

Akasha Déclenché! dijo...

El ángel negro no siempre visita para dar su gélido abrazo, tambien es una aparición más sublime que la descrita por Dickens, Ella, la dulce dama de las sombras, a veces es buena compañera en el abismo de la soledad... y sus ojos podrían tornarse seducción infinita...

Oscuro Lord, tendré el placer de añadirlo a mis links, para no perder rastro hacia su morada.

Electrificantes saludos.

Natalio Ruiz dijo...

Estimado Lord, he quedado maravillado ante tal hallazgo, que prosa tan genial destila usted...
Hay quienes dicen que no temen más a la muerte, tal vez se convierta en uno más que ha salido victorioso ante tan electrizante mirada.

Un abrazo.

Raphaela dijo...

Los ojos no todo lo aprecian, hay algunos que teniendos todas las miradas nada observan... Los ojos son ciegos algunas veces, sus visualidades estan muertas.
Los ojos en el momento de la muerte son la excepción ¿porqué? por que anteponen a cada subyugo en el tunel largo, ese que retrocede en años y los hace codiciar la vida o solo dejarse abatir en el sueño mortífero,
El féretro de Ligeia es así, debatiente en visualidades y sus ojos son asesinos Poe describió sus ojos como el tránsito de la vida a la muerte en sus tonalidades azabaches y sombras ébanos...

Indianguman dijo...

uy... escalofríos en la nuca...

saludos!

Gnomofónimo dijo...

mu güeno tu bloss y sobre todo bien escrito. Felicidades.
Ahí tengo un ladrillo a medio cocer, a ver si puedes con él.
Saludos

Lluvia de estrellas dijo...

me da escalofríos el tema ,pero muy bien te felicito por el relato.

La muerte nos acompaña a cada hora y le vemos los ojos mmm casi nunca y espero personalmente no encontrarme con ella en muchosssss años mas .

Lluvia de estrellas dijo...

hola nuevamente se me olvido decir que tienes un lugar en mi mundo.


chauuuu un beso

Profedeciencias dijo...

Impactante, pero no dejar de ser bello, la dama o ángel de la muerte exclusvamente no es cruel a veces trae descanso a las almas torturadas.. es géntil para no espantar al visitado es hermosa incitante, invitante...
te dejo mi abrazo enorme
te cuento me asuentaré estoy en reposo algo común...te dejos mus sussurros de menta
cuidate

Angeles dijo...

Hermoso e intenso. No puedo negar que me vi reflejada en aquella mujer (ángel- demonio) que muestra en sus ojos el camino de la muerte.
Pero por qué sueño? si no es la muerte un pasaje por el cual todos transitaremos algún día?
LA MUERTE la única certeza del hombre desde que nace.

alexA platoanA dijo...

una vez conocí una historia ke hablaba de un antiguo pueblo. en él creían ke un ser humano puede ver a la muerte tres veces en su vida. la primera es el despertar de la conciencia, su filo nos aleja para siempre de la continuidad con el mundo -muerte lúcida ke depara soledad-, la segunda vez es el momento del amor, cuando descubrimos ke los circuitos ke creemos comandar tienen oscuros motivos ke siempre han estado persiguiendo -muerte de la voluntad, acediada por las pasiones-, y la tercera, es simplemente la muerte ke viene de afuera y nos invade, la ke nos conforma como seres temporales -muerte de la singularidad-.
ahora ke te leo comprendo ke también hay reflejos de esas tres parcas, ke nos visitan, ke nos sorprenden, ke nos traen mensajes.
por mi parte kisiera saber algo: si se makilla de mujer o si es una mujer makillada.

un abrazo, en medio de la oscuridad ke nos hermana.

Anónimo dijo...

Buenisimo tu post!

Buenisimo el sabor que me enchino la piel..por el suspenso..que me atrapo.
Mis respetos para ti al compartirnos tan buen post.
Mis respetos para esa sombra que siempre nos acompaña..de alguna u otra forma:la muerte.
saluditos!
gracias por tu agradable visita en mi corazon v.!

@Intimä dijo...

Vi sus ojos tétricos
Y postergue mi adiós
Inexorablemente
En la bebida...

Bellisimo relato.
Los ojos de la muerte se ven una vez cada...
Mil besos.

Julia Moreno dijo...

...ya veo que no solo dominas la poesía, la prosa es erizante entre tus dedos...gracias por la visita a mi rincón y por el poema de regalo, besos mil para tí...

Coralya dijo...

Gracias por tus palabras, siempre llegan cuando las necesito, sobre todo hoy, que no fue un buen día. Un beso,

Coralya

berliot dijo...

Tantas tardes junto a la marea humana con la que tienes que lidiar, más el exceso de cigarrillo te ha convertido en un apologético del tabaco y derroteros propios de quien teiene que sobrevivir. Ni a la Esclava Isaura le deseo esta historia cifrada en versión sueño pendiente.
Si bien es cierto que te indiqué el camino, hay cosas que comparto y que me han sucedido; es extraño, y eso que escuchando a Kyoto Jazz Massive en este momento en mi radioblog, trato de asimilar...
Seguid con la historia, la luz no siempre está al final del túnel...

Filos en Mundo de Sofía dijo...

De las casualidades uno se encuentra sitios donde siempre penso que ya habia pasado, así que tengo que volver.

Nos seguimos leyendo.

Elva*

Lord Lavengro dijo...

-Akasha Dulcinea:
Muchas gracias por tender ese puente entre tu mundo y hogar sombrío.
Así es, la dama muerte es una fiel compañera que nunca nos abandonará y estará con nosotros dándonos su dulce compañía hasta el último minuto.

-Natalio Ruiz:
Me ha honrado este elogio, que no sé bien si estoy a su altura.
Mi querido amigo, debes saber que no temo a la muerte, sino que deseo su compañía, que siento profundamente constante.

-Raphaela:
Cierto es que los ojos no siempre ven, por más que miren, y pasa la generalidad de las veces porque nos negamos a ver por temor a lo que nos puedan mostrar.
La mirada de la muerte enseña un nuevo nacimiento, mas para la mayoría es tragedia, generada por el temor al cambio de estado.

-Indianguman:
Muchas gracias por la visita y queda invitada a visitar mi castillo de sombras cuando quiera.

-Gnomofónico:
Muchas gracias por tu comentario y, respecto a tu ladrillo a medio cocer, descenderé en mi sombras a ver qué podemos hacer con él.

-Lluvia de Estrellas:
Muchas gracias por el lugar que me abres en tu mundo, al que los derroteros de la vida pueden llevarme en una vuelta del espiral en claroscuro.

-Alexia:
Espero que de ese reposo brillen para tu cuerpo y espíritu las alas del fénix, y tenerte pronto en este jardín de rosas negras y en tu mundo de versos.

-Perséfone:
Quizás sean los ojos de la dama muerte los tuyos, esa certeza que acompaña mis pasos desde el inicio de los tiempos y jamás me dejarán, como le decía a Akasha.
Este pequeño cuento no es autobiográfico y menos contiene mi pensamiento acerca de la muerte, sino que intenta recoger la mirada que tienen los mortales temerosos a lo que no entienden, a pesar de convivir con ella día a día, segundo a segundo; para mí ella no es sueño, es mi realidad y por ello la quiero, la adoro, es mi eterna compañera.

-Nosferatus:
Mi querido hermano de la oscuridad, la muerte nos visita día a día, está siempre con nosotros pues estamos a cada instante muriendo: siempre algo nos deja y nace algo nuevo, mortuoria renovación.
No conozco la historia que relatas, mas estoy de acuerdo contigo que siempre nos visita y nos da sus mensajes necesarios.
Respecto a si es una mujer o se maquilla de tal, creo que como madre que es, que nos da nacimiento a mundos distintos, es una mujer que se nos presenta en un maquillaje único para cada uno.

-Almaenamorada:
Es placer tenerte nuevamente en este sombrío rincón y mayor aún el de poder visitar tu corazón y ello te lo agradezco, como también por ese respeto que sientes y al cual correspondo.

-Darilea:
Cuántos son los que huyen de la angelical dama muerte, ocultándose en sueños y niebla, queriendo despistarla y huís de su beso cariñoso.

-Calanda:
No tienes que agradecer los versos que enredé entre las flores de tu rincón de las hadas, sino que soy yo quien debe hacerlo por las palabras que me has dejado. Mil abrazos querida Hada.

-Coralya:
Un beso para ti también Coralya, y me honra hondamente el saber que mis palabras te eran necesarias. La vida siempre nos trae lo que nos hace falta, sea un verso, un beso o la misma muerte.

-Berliot:
Querido Ilustre, desde los sombríos laberintos de mi cabeza viniste a indicar el camino, no a mí, sino a aquellos que quieren cegarse ante la belleza de la muerte; como te comenté, este cuento no es autobiográfico y conoces cuál es mi pensamiento y creencias respecto a esta Señora, la única que está con nosotros hasta el final de nuestros días. La muerte es el final del túnel?

-Filos en mundo de Sofía:
Es un placer tenerte por estas sombras... mas me pregunto, existen realmente las casualidades? Honda y honestamente creo que nada es fortuito, sino que por el contrario: todo tiene su razón de ser.

A Todos ustedes les agradezco visitarme en mi castillo sombrío, el cual estará abierto cada vez que quieren recorrer mi laberinto de letras.

Lord Lavengro

Profedeciencias dijo...

te dejo mis perfumes de jazmín y miles de rossas negras estoy mejor gracias por estar sin yo no estar vagando tu espacio...escucho en estor momentos Lagrias de Anhelo...
besos y que tengas un buen día

Anónimo dijo...

Qué relato tremendo! muy lindo!! muy claro y atrapante, desde mi ignorancia para escribir te felicito sinceramente porque está buenísimo.

phillip dijo...

Espero que sueñes nuevamente tan dulce encanto de encuentro, para saber en que termina este enriedo.No sabia, la verdad Lor, que eras tan vueltero para atracarte una mina...espero ansioso el continuara..

saludos.

Lord Lavengro dijo...

-Alexia:
Me alegro mucho de que estés mejor y no tienes por qué agradecer el que sombríamente me haya materializado en tu ausencia, sino yo el que debe agradecer tus rosas y perfumes.

-Cris:
Es un gusto tenerte en mi infierno de humo y sombras y debo decir que me han alagado mucho tus palabras.

-Phillip:
Quizás sueñe nuevamente, quizás no; quién soy yo para llamar a la dama muerte cuando me plazca! Tengo una pregunta para ti: dónde está el enredo que encuentras en mis letras y la mina para atracarse, pues yo no la encuentro?
Es un gusto tenerte en los negros muros de mi castillo sombrío.

Anónimo dijo...

De paso.. en paso..llegue hasta aqui para acompañarte..
con un abrazo, con un saludo
y con un:Buenas noches..!
;)

@Intimä dijo...

No hay nada nuevo.
Volveré.
:)

Raphaela dijo...

Veo que tenemos una visión de la muerte en nuestros ojos tristes y espectantes... Las visones pueden ser erráticas y hasta mil veces en comparación a un ave de rapiña, que vé desde las cumbres...
Nuestras alma se asimilan en profundidades, con la esencia real de los demonios que las habitan...
Un alma busca ver la muerte...
Otra alma danzó con la muerte...
Y a su vez las dos estuvieron en el tunel de la perversidad...

Lord Lavengro dijo...

-Almaenamorada:
Es un gusto tenerte por aquí y mucho mayor es el gusto de corresponder a tus saludos.

-Darilea:
Muchas gracias por tu visita. Lo nuevo quizás parezcam quizás no: Cronos me odia y ha hecho de mis letras una fuga infinita.

-Princesa Ligeia:
Las visiones son eso: visiones; pueden ser premonitorias, rememorativas o imaginarias... qué importa! No somos nosotros también anacrónicos?
Es un honor para mí, Princesa, saber que hemos compartido el túnel de la perversidad, lo que hermana nuestras almas.
Es un placer recibirla en mi castillo, y también a su comitiva de siete cuervos.

Lord Lavengro

berliot dijo...

A propósito de la estampida que viene en camino, ¿harás un epitafio del templo de Villanelo?