enero 15, 2006

Estrellas


Siguiendo con este ciclo de poesía gótica-romántica (aunque este poema es más romántico que gótico) presento Estrellas, uno de esos momentos en que el sentimiento profundiza en lo que no conoces de ti mismo...

El cielo se ilumina, me deja mirarlo
y verte, aunque lejos, dormida, soñándome.
Mi mundo es de estrellas, yo vengo desde ellas...
Te llevo en mí, abrazada, sin dejar la tierra;
volando llegamos juntos más allá del tiempo.

Aún no nacemos, somos la uva para ser vino,
tan sólo nos vemos sin vernos y mirándonos
profundamente hasta alcanzar el último astro de nuestras almas.
Caminando, saltando de nube en nube corremos
y nos besamos a la sombra de un sol radiante.

El canto se entona silencioso por coros celestes:
los ángeles, mis hermanos, celebran en la gloria
la gloria de nuestras manos unidas un segundo,
el que se eterniza en los versos que dicen tus ojos
y los míos, enredados entre flores y estrofas:
tú y yo enlazados en la belleza de las estrellas.

Lavengro
Escrito... algún día de esos.

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